En artículos anteriores sobre Urbanismo Sostenible, citamos que una de las formas para el buen desarrollo del medio ambiente y social era la eficiencia energética. Aquí veremos en que consiste y que pasos podemos dar para un mayor ahorro de energía y reducir la contaminación.
EFICIENCIA ENERGÉTICA:
La eficiencia energética puede definirse como la optimización del consumo energético para alcanzar unos niveles determinados de confort y de servicio, por ejemplo, ajustando el consumo de electricidad a las necesidades reales de los usuarios o implementando mecanismos para ahorrar energía evitando pérdidas durante el proceso. En un país, disponer de un nivel adecuado de eficiencia energética permite, por ejemplo, aumentar la seguridad de que existirá un abastecimiento de energía suficiente para toda la población.
Para ser una ciudad sostenible hay que tener en cuenta diferentes estrategias y llevarlas a cabo en su plan de eficiencia energética que cada región ha adoptado anteriormente.
- Reducir el uso de materiales contaminantes, hacer el uso de recircular de materiales no contaminantes. Generar economías que reduzcan de forma notable el uso de materiales. Invertir en ello es el paso más importante de todas las autonomías.
- Otorgar espacio a la naturaleza. Las “infraestructuras verdes” puede ayudar a las ciudades a evitar la construcción de nuevas y costosas instalaciones para la gestión del agua, pudiendo recargar los acuíferos, y proporcionar protección contra las inundaciones.
- Usar un desarrollo compacto y conectado. Las ciudades compactas generalmente requieren un menor uso de recursos por persona y tienden a mejorar la conectividad de todo tipo –en términos físicos, sociales, económicos– generando innovación, actividad económica y capital social y cultural.
- Uso del placemaking creativo. Al invertir en estos activos, las ciudades pueden crear lugares atractivos que promueven el orgullo cívico y la unidad, y crear un fuerte sentido de comunidad.
- Incentivar a las ciudades como centros de bienestar. Las ciudades deben garantizar que todos los ciudadanos tengan acceso a la asistencia sanitaria. Las ciudades pueden prevenir los problemas respiratorios y digestivos relacionados con la contaminación, garantizando aire y agua limpios.