Cuando paseas por el MoMA de Nueva York —ese templo del arte moderno— te das cuenta de algo: cada obra, más allá de su técnica o color, es una declaración de principios, un mensaje para el mundo. Y lo mismo debería ser el marketing en estos tiempos: arte, ética y propósito.
Hoy te propongo mirar juntos algunos cuadros emblemáticos del MoMA… pero con gafas de marketing con valores:
“Les Demoiselles d’Avignon” – Pablo Picasso
Lección: Atrévete a romper moldes.
Cuando Picasso pintó esta obra en 1907, rompió las reglas de la perspectiva y el cuerpo humano. En marketing, ser valiente y disruptivo es necesario, siempre que sea con propósito. Las marcas que hoy lideran son las que apuestan por narrativas distintas: feminismo, inclusión, sostenibilidad, transparencia.
“Campbell’s Soup Cans” – Andy Warhol
Lección: La fuerza de lo cotidiano.
Warhol convirtió algo tan común como una lata de sopa en arte. El marketing con valores debe hacer lo mismo: dar voz a las pequeñas cosas que nos conectan con las personas. Los valores no están solo en grandes campañas, sino en el trato humano, en un email bien escrito, en un producto que de verdad mejora la vida.
“Broadway Boogie Woogie” – Piet Mondrian
Lección: Simplifica, conecta.
Mondrian pintó Nueva York como un tapiz de líneas y colores. Un marketing con valores también debe simplificar los mensajes para conectar mejor. Transparencia en el propósito, claridad en la comunicación, autenticidad en cada punto de contacto.
“Starry Night” – Vincent van Gogh
(la versión de esta obra está en el MoMA, aunque la más conocida es la de Ámsterdam)
Lección: Carga tu mensaje de emoción.
Las marcas que logran emocionar son las que dejan huella. El marketing con valores no es neutral: inspira, conmueve, moviliza. Como los remolinos del cielo de Van Gogh, que hablan de pasión y de lucha interior, una marca con valores muestra su vulnerabilidad y su humanidad.
“One: Number 31” – Jackson Pollock
Lección: El proceso importa tanto como el resultado.
El dripping de Pollock es proceso puro. Hoy más que nunca, las personas quieren saber cómo se hacen las cosas, de dónde vienen los materiales, cómo se trata a los trabajadores. El marketing con valores pone el foco en los procesos éticos, no solo en el producto final.
Como los cuadros del MoMA, un marketing con valores es arte, mensaje y emoción. No es solo una estrategia para vender más, sino un compromiso para crear un mundo más justo, humano y sostenible.
Porque en el fondo, cada marca es también… un cuadro en la galería del mundo. Y tú decides qué historia quieres contar.