En medio del Mar Caribe, una pequeña isla con apenas 15,000 habitantes ha encontrado una forma inesperada de capitalizar el auge de la Inteligencia Artificial (IA). Anguilla, un territorio británico de ultramar ubicado al este de Puerto Rico, ha visto cómo su dominio de internet “.ai” se ha convertido en uno de los más codiciados del mundo, generando millones de dólares en ingresos para la isla. Pero, ¿cómo logró Anguilla este golpe de suerte digital?
La Sorpresa del Dominio “.ai”: De la Asignación Accidental al Éxito Financiero
Todo comenzó en 1995, cuando la Unión Internacional de Telecomunicaciones asignó a Anguilla el código de país “.ai”. En ese momento, la tecnología era prácticamente inexistente en la isla: no había computadoras, correos electrónicos, ni mucho menos una infraestructura digital desarrollada. “La inteligencia artificial era algo impensable”, comenta Haydn Hughes, Ministro de Turismo e Infraestructura de Anguilla.
Sin embargo, lo que empezó como una asignación “puramente incidental” se ha transformado en una verdadera mina de oro. Desde el lanzamiento de ChatGPT en noviembre de 2022, los registros del dominio “.ai” han explotado, pasando de 144,000 en 2022 a 354,000 en 2023. Este crecimiento ha sido tan significativo que, solo en 2023, los ingresos por los dominios “.ai” alcanzaron los 32 millones de dólares, representando más del 20% de los ingresos totales del gobierno de Anguilla.
Un Modelo de Negocio Inteligente: Cómo Anguilla Aprovecha el Boom de la IA
Anguilla ha implementado un modelo de precios que resulta atractivo para las empresas tecnológicas de todo el mundo. Con un costo de $140 por un registro de dominio de dos años, la isla ha logrado fomentar nuevos registros mientras asegura un flujo constante de ingresos. Según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), aproximadamente el 90% de los dominios “.ai” se renuevan cada dos años, lo que garantiza ingresos sostenibles a largo plazo.
Además, incluso los dominios caducados han mostrado ser una fuente inesperada de ingresos. Por ejemplo, en 2023, el dominio “litigate.ai”, que no fue renovado, se subastó por $13,000.
Impacto Económico y Social: Más Allá del Dinero, una Oportunidad para Transformar la Isla
El éxito del dominio “.ai” no solo ha llenado las arcas del gobierno, sino que también ha permitido inversiones significativas en infraestructura física y social en Anguilla. Según Hughes, esta inyección de fondos ha facilitado el desarrollo de una nueva terminal de aeropuerto, proyectos de energía renovable, y un programa de atención médica integral para los residentes mayores de 70 años, llamado “Senior Shield”. Además, se están financiando planes para digitalizar el sistema de escuelas públicas.
Este crecimiento inesperado también ha elevado el perfil de Anguilla en el escenario global. La notoriedad del dominio “.ai” ha atraído la atención hacia la isla, impulsando el turismo, que ya representa el 37% del Producto Interno Bruto (PIB) de Anguilla. “Una de las cosas realmente geniales es que aquellas personas que nunca han oído hablar de Anguilla ahora saben de Anguilla”, señala Hughes.
Anguilla: De Desconocida a Protagonista en el Mundo Digital y Turístico
La historia de Anguilla es un ejemplo fascinante de cómo una oportunidad inesperada puede ser aprovechada para transformar una economía. Mientras muchos países luchan por encontrar formas de capitalizar sus recursos digitales, esta pequeña isla del Caribe ha logrado posicionarse como un jugador clave en el mercado de dominios de internet gracias a la demanda creciente de la Inteligencia Artificial.
Algunos visitantes llegan buscando descubrir el fenómeno del dominio “.ai”, y se encuentran con una isla llena de encanto, con playas vírgenes, hoteles de lujo, y una hospitalidad inigualable. Anguilla ha demostrado que, incluso en el rincón más inesperado del mundo, el ingenio y una pizca de suerte pueden llevar a oportunidades de crecimiento insospechadas.
Así que, la próxima vez que escuches sobre la última tendencia en Inteligencia Artificial, recuerda a Anguilla: la pequeña isla que, sin quererlo, se ha convertido en el epicentro digital del futuro.