
La montaña, una población acogedora, el aire libre, el césped, el río, viñedos y bodegas, o casas de quesos, granjas, paseos a caballos. Cultivar o cosechar. El turismo rural es una alternativa al turismo convencional; una escapada para reconectar con la naturaleza y con nuestro patrimonio, con nuestras tierras y raíces.
Descubre esta alternativa, con sus beneficios y retos, y las estrategias más efectivas para realizarla de una manera sostenible.
Diferencias entre el turismo rural y el turismo convencional
El turismo convencional, o tradicional, suele ser más genérico, masificado, donde los principales destinos son las grandes ciudades o playas, mientras que en el turismo rural, se involucran grupos más reducidos de personas, a lugares un poco más remotos y menos populares.
En el turismo rural se prioriza la naturaleza, poblaciones pequeñas, la conexión con la cultura y el ecosistema y las actividades locales (agricultura, pesca, silvicultura, ganadería), mientras que en el tradicional se buscan las atracciones de las grandes ciudades y sitios más populares donde normalmente hay muchas más personas con propósitos similares.
Qué ventajas brinda la experiencia del turismo rural:
- Sostenibilidad: es una manera orgánica de mantener viva la cultura y los negocios de las poblaciones más pequeñas, promoviendo las producciones locales, aprendiendo como las personas de las comunidades viven el día a día, sus trabajos y ocupaciones, como es la vida de los agricultores, ganaderos, panaderos, horticultores, y poder disfrutar de primera mano los productos frescos que brindan las localidades.
- Desarrollo del comercio local: Apoyar los productos y servicios locales impulsa la economía de las comunidades, preserva sus tradiciones y genera empleo. Además, fomenta un consumo más sostenible al reducir la huella de carbono del transporte. Comprar en mercados y tiendas locales permite descubrir historias y conocimientos únicos, fortaleciendo el vínculo entre productores y consumidores.
- Contacto con la naturaleza y experiencias únicas: una de las grandes ventajas de este tipo de viajes, es poder desconectarse de la cotidianidad y los estímulos de estrés, enlazar con la naturaleza, con la vida silvestre, conectar con la población, sus historias y conocimientos. Desde paseos a caballo, rutas por la montaña, recorridos gastronómicos o catas de vino. Cualquier propuesta asegura un trato personalizado y único.
¿Has tenido alguna experiencia de este estilo? ¿Te gustaría aventurarte en ésta práctica? Coméntanos, nos gustaría saber tu oponión.